El impacto del COVID-19 em la salude de las personas institucionalizada

Resumen

Introducción: La población anciana, en números cada vez mayores en Brasil y en todo el mundo, es uno de los grupos más vulnerables a la infección por el nuevo coronavirus. Tal fragilidad es aún más evidente en quienes viven en Instituciones de Atención de Larga Duración para el Anciano (IALDA), considerando que, además de ser una parte frágil del grupo de edad analizado, presenta un mayor riesgo de contaminación y, aún, de morbilidad y mortalidad geriátrica. Objetivo: Identificar el impacto del COVID-19 en la salud de los ancianos que viven en el IALDA. Metodología: Se trata de un estudio de revisión integradora de la literatura, realizado en los meses de noviembre y diciembre de 2020, que resume los estudios publicados sobre el tema. Se realizaron búsquedas en las bases de datos Scielo, Lilacs y Medline, utilizando los descriptores "anciano", "COVID-19" e "Institución de larga duración para ancianos". Como criterio de inclusión se consideraron artículos libres, disponibles en su totalidad y correspondientes a la temática analizada en el estudio. Se encontraron 16 artículos. Siguiendo estos criterios y excluyendo notas técnicas y artículos duplicados, verificamos 4 artículos. Resultados: El IALDA, como entornos colectivos, tiene residentes con alta vulnerabilidad a la infección por el nuevo coronavirus. En aquellas personas mayores afectadas por demencia, delirio y otras enfermedades neurológicas, el aislamiento social profundiza la gravedad de la infección por COVID-19, dificultando así las actividades relacionadas con el cuidado y la asistencia brindada por los cuidadores. Además, la adopción del cribado precoz de laboratorio se caracteriza por ser una medida fundamental para mejorar la prevención de casos en IALDA y promover el control de infecciones en estos centros. También existe una deficiencia en la construcción de un protocolo con medidas de profilaxis y manejo adecuado de forma más focalizada dentro de la IALDA. Conclusiones: Es urgente mirar cada vez más de cerca las necesidades de la población anciana, especialmente del colectivo institucionalizado, con el fin de impulsar políticas de inversión en salud integral y llevadas a cabo por un equipo multidisciplinario.